miércoles, 30 de junio de 2010
se necesita un terremoto
Estamos acostumbrados a permanecer en la comodidad y el confort aún sabiendo que nos lastima, pero somos miedosos, somos cobardes, preferimos callar, para no cambiar... ahora creo que el mundo es de los valientes, ahora creo que es necesario un terremoto que te cimbre, que mueva lo que creías... este mundo es de los que se avientan a nacer, a despertar, a crecer.... hace dos años, me vi al espejo y lloré 6 años de vida, me pedí perdón por cada año, por cada promesa, por cada ilusión que ya no era mia y que ni siquiera me pertenecía...lloré por 3 días, día y noche, no podía ver bien, no podía dejar de llorar... me gritaba una y otra vez perdón..... perdóname Diana...
Hoy, hace más de dos años soy ligera y soy valiente y soy una guerrera que sabe que el mundo es dual, que necesitamos promesas para romper y para cumplir, que necesitamos amor del que duele y del que no, porque gracias a eso ahora sé que el amor es y NUNCA DUELE, NUNCA!
El amor como fue creado en el principio es puro, leal, dócil, no juzga, no pide cuentas, no hiere, no molesta... cuando aprendes, cuando concibes que el amor es uno y uno somos el amor tienes la valentía de cruzar el puente...
Podemos gritar en la calle, frente a un espejo, llorar hasta cansarnos.... pero recordar siempre que aprendimos a ver con nuevos ojos, después del temblor...
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Yo también necesitaría llorar; y tal vez por más días que tres...
ResponderEliminarPero de momento sigo cobarde, aunque vaya poquito a poco permitiéndome alguna que otra licencia.
Admiro tu valentía; tal vez pronto yo me decida a plantar cara y me deshaga en un mar de lágrimas.
Hasta entonces, me gustará seguir leyéndote y seguir aprendiendo -si tengo tiempo suficiente, que eso de ser madre de familia te roba mucho tiempo para ti misma-
Saludos.
Los ríos se desbordan en su tiempo perfecto, lo mismo pasa con nosotros... las lágrimas llegan en su tiempo, que es el PERFECTO para el corazón...
ResponderEliminarDáte tu tiempo, date tu espacio, regálate una canción, a mi eso me ayuda desbordar mi río... Gracias Salomé preciosa!