sábado, 30 de octubre de 2010

Sweet November



Un día decidí enamorarme de la vida, hacer a un lado a la actriz que necesita atención y que quiere que todo el mundo la vea, que se tiraba para que alguien le diera la mano y lloriquear en su hombro una y diez veces...
La despedí, así con todo, sin finiquito, sin contrato abierto, despedida.

Le dije simplemente: gracias por sus servicios, es una excelente actriz, pero ya no la necesito, ahora soy la directora, la productora, la maquillista, la bando sonora, la guionista, todo en uno y así me ahorro tu salario y tus lagrimeos, ese camino no me gusta para nada, encontré una mejor ruta.

De vez en cuando viene a llorar a mi puerta, pidiendo que la recontrate, la escucho unos minutos y la vuelvo a despedir.
Y es que creo que ese es el camino de la felicidad, hacer a un lado el drama, eso de siempre sufro, porque TODOS son malos, porque nadie entiende... que hueva!



Despidiendo a la actiz es como encontré la forma hermosa de ver la vida, los detalles, los colores, las risas, mi país, compartiendo, amando, andando... Sólo así, dominando al ego, observando, siendo y creando... haciendo los prejuicios a un lado, (y en todo sigo trabajando) lleva su tiempo anular los vicios impuestos por el entorno, lo hago a diario, perdonando, olvidando, haciendo a un lado las memorias que se confunden con el presente... separando la basura, arrancando hojas viejas, conociendo nuevos amigos, abriendo nuevas posibilidades, abriendo nuevos presentes...

Hoy soy paz, soy amor, soy perdón; hoy, soy tu.

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