miércoles, 15 de febrero de 2012

moviendoME


No creo en las despedidas, no creo en las separaciones, ni siquiera la muerte te aparta de lo que amas; me falta una maleta por hacer... y de pronto pienso:

Playa me enseño que la vida se hace caminando, que entre más caminas, más ligero eres, me recordó que cuando compartes, las bendiciones se multiplican.
Me enseño que agradecer es sinónimo de amor; que los deseos se vuelven sueños y los sueños se hacen realidad.

Que las personas siempre son las correctas y que el tiempo sólo es hoy, me recordó que un amanecer te llena los sentidos de paz y te recuerda que todo es perfecto. Un amanecer en silencio, un amanecer regalado, te recuerda que todo afuera es infinito.

Playa me enseño a amar mi cuerpo en su tamaño, en su perfección, me enseño a aceptar y a querer mis chinos, mis manos, mis pies, mi panza, mis ojos...
Me enseño que un valiente no es el que dice sí a todo, un valiente es el que defiende lo que cree, lo que siente...

Me enseño que preocuparse es rezar para que pase lo que no quieres... me enseñó que cuando confías, el piso jamás te falta... que cuando lo crees, un riñón sana, una mamá decide quedarse en el juego de la vida.

Me recordó que las distancias no existen, que el amor es la única unión que está presente, la única tan poderosa que echa raíces y se siembra entre lo más profundo de los corazones.

Que todo viene de adentro, de ti, de mi, no de afuera, me enseño que el amor es el alimento perfecto y que al mismo tiempo funciona como olor que atrae a los reflejos necesarios...

Esta sirena hoy se quita la cola y se pone piernas, sin decir adiós, porque las despedidas, no existen....

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