lunes, 10 de diciembre de 2012

un día creí y así pasó

resulta que un día tuve ganas de creer, ganas de enamorarme y dejar de sentir esas mariposas confusas en mi panza que entraban y salían. resulta que un día hice a un lado los juicios y decidí amarme y ser quien realmente soy, sin tratar de ser... así un día llegó el hombre de los ojos redondos, grandes y profundos que tanto había pedido, mi hombre del mar estaba reencontrándose con su sirena... hoy los dos caminamos a nuestro propio paso, el que nos va mejor, el que a veces corre y otras va lento el ritmo de la vida misma que nos recibió con las manos abiertas cuando decidimos vivir juntos, sin dramas, ni llanto, viviendo en amor incondicional.

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